Los matices dulces del tomate se equilibran con el sabor picante y ligeramente amargo que aporta el aceite y al ingerirlos juntos se potencian las cualidades antioxidantes de ambos.
El tomate apenas contiene grasa, es portador de gran cantidad de fibra, proteínas, vitaminas E, A y C, además de potasio. Es el alimento estrella en contenido de Licopeno, pigmento carotenoide responsable de su color rojo y altamente beneficioso para la salud. Para la absorción del Licopeno en el organismo, es necesaria la presencia de aceite. Por su parte, el aceite de oliva virgen extra tiene múltiples efectos beneficiosos, aporta Vitamina E, polifenoles y ácidos grasos insaturados. Protege el corazón, previene el envejecimiento, ayuda a disminuir el índice de masa corporal y controla la presión arterial.
Juntos, una combinación ideal